En los primeros momentos de una relación, en esos momentos en los que se sabe que hay algo pero no se tiene claro no cuánto ni hasta dónde es cuando las habilidades amorosas de Virgo necesitan estar en su máximo, necesitas de toda tu inteligencia y capacidad de plantearte estrategias claras y seguras. No te gustan las cosas fáciles, tampoco los inicios de una relación amorosa. Entonces es hora de agudizar tu ingenio y sumarlo a toda tu experiencia acumulada.
Si hay algún aspecto de ritual amoroso que manejas con gran soltura, ese es la fase que se puede llamar del cortejo en esta fase sale a flote toda tu galantería y capacidad de seducción. Cierto es que esas cualidades no te garantizan nada pero, es para ti uno de los mejores momentos, es de los más divertidos porque es cuando se juega el juego del estira y encoge, del te ofrezco y tú decides si tomas o no, momento en el que todo es posible y nada es seguro.
Pero luego, ahhh, luego las cosas se pueden tornar diferentes. Desde el momento cuando Virgo ha consumado la conquista, se abren las puertas de otro mundo, las puertas de un mundo de tranquilidad y apaciguamiento de las primeras tensiones, ahora estás seguro. Comienza una etapa de disfrute distinto, tienes una pareja estable, te gusta el modo como se ha desarrollado la relación, las exploraciones iniciales son ahora un sacar provecho de lo que conoces.
En estos instantes, la pareja inicia un camino de profundización de la relación, comienza esa etapa de conocer a fondo todas las intimidades de cada uno, desde las áreas de los cuerpos más sensible a la pasión amorosa hasta los más recónditos lugares del deseo y el placer. La pareja crece y paradójicamente, se hunde hacia las esferas más profundas de ese conocerse mutuo. Comienza el proceso de irse entregando poco a poco hasta alcanzar la totalidad y el universo.
Es hora de moverse con calma, es hora de hacer todo a pulso
A partir de estos momentos se abre una coyuntura bastante delicada para la pareja de Virgo. Si tomamos en cuenta su sentido de la independencia y la libertad, Virgo pudiera asumir de seguidas, una extraña actitud de aparente desapego, como la de quien dice que es hora de que cada quien tenga su espacio propio. Es extraño que después de un esfuerzo de unificación evidente, ahora de la impresión de estar cansado de la dinámica que se ha creado.
Pero no tiene por qué cundir el pánico, Virgo ya está tratando de reequilibrar su modo de encontrarse con su pareja, está haciendo el esfuerzo que hace falta para que su pareja lo entienda, que quede bien claro que a pesar de todo el afecto, Virgo tiene una individualidad que necesita mantener y defender a todo trance y que sin embargo, pedir respeto por ese fuerte yo interior no tiene por qué debilitar la relación, pero hay que hacerlo todo con pulso y mucho.
Virgo es dueño del mayor de los controles y si se empuja la relación más allá de lo que las circunstancias tienen planteado, si se presiona irracionalmente por una resolución inmediata de las escasas desavenencias que se han presentado, Virgo es capaz de retirarse con la máxima frialdad y desinterés por restaurar la normalidad, su individualidad estará en primer lugar.
Puedes confiar en Virgo, sabe perfectamente bien lo que está haciendo y ten por seguro que sabrá llevar la nave a buen puerto. De esto se trata la construcción de una relación, de equilibrar las cargas a lo largo del camino. En una cosa sí debe haber la mayor seguridad y esa es que existe la disposición de mantenerse atento a las demandas de la pareja, así son todas las relaciones y si se sabe responder a ellas, no puede haber fracaso. La pareja tiene que saberlo.